El arca de la isla

  • Editorial: La Esfera de los libros

  • Año: 2019

  • Número de páginas: 549

  • ISBN978-84-9970-084-7

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        Una novela, un viaje, una aventura…

        Mario Guillén de Haro es un adolescente adoptado por un matrimonio muy original, ya que su padre se dedica a la transformación de coches de lujo en piezas de museo. Su apacible vida de adolescente cambia para siempre la noche en la que recibe una llamada de la policía. Sus padres han fallecido en un accidente de tráfico. Sin embargo, un testigo asegura haber visto algo extraño: una sombra monstruosa caída del cielo que determinará el comienzo de una aventura febril.

        Seis años antes, cuando la URSS comienza a desmoronarse con la caída del Muro de Berlín, el coronel general Viktor Pozdneev, que trabaja en una base secreta ubicada en Siberia, está a punto de sacar a la luz el más sorprendente de los experimentos bélicos, al que el imperio comunista ha dedicado durante años millones de rublos con los que se han puesto a prueba sobrecogedores experimentos biotecnológicos.

        Pero es un tal Telmo en quien de verdad arranca el devenir de “El arca de la isla”. En los años cincuenta del siglo XX recorre el continente africano como un singular white hunter que apresa piezas salvajes para servirlas a los zoológicos de una Europa devastada por la Guerra. Vividor y egoísta, redimirá sus culpas en una escalofriante odisea sin retorno.

        Entremedias, el lector conoce a Heimdall, a Odín y a otros inquietantes engendros que habitan una isla en mitad del océano Atlántico, lugar misterioso que atrae al joven Mario con la fuerza de un imán y en el que, sin él saberlo, se unirán todos los hilos que tejen esta inclasificable novela.

        Como curiosidad, Aranguren ha dibujado ilustraciones con las que da inicio a cada uno de los capítulos.

        Reseñas


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          Opinión de los lectores

          1.<<Nuestros actos tienen consecuencias, no sólo para nosotros sino para el resto del universo. Elegir el bien o el mal nos marca y marca el devenir de la historia. Creo que esta es una de las líneas principales de las vidas entrelazadas que narra “El Arca de la Isla”, una novela que engancha (yo me la leí en dos noches) y que con el ritmo de su acción nos sumerge en un mundo de manipulaciones, amores, odios, resentimientos, culpabilidades y perdón. Un regalo perfecto para cualquier edad, de esos que, además, nos ayudan a 'amueblar' la cabeza>>. María A. (Madrid)

          2. <Me he leído “El arca de la isla” en dos días..... ¡¡Así no hay quien haga frente a la crisis!!... Se lo paso a mis amigas a partir de hoy. Me ha encantado (y eso que yo soy fan, muy fan de “La hija del ministro”, novela con la que aún lloro>>. M.J. Atienda de Amores (Sevilla).

          3.<<Anoche terminé “El arca de la isla”. Me ha gustado muchísimo. Hoy me he acordado varias veces de Mario Guillén de Haro, de Cecil, de Amalio Ozores..., y sé que los voy a echar de menos. Son tan reales que, a pesar de que son personajes de una novela, les llegas a coger aprecio por lo que son, lo que hacen y lo que dicen. (…) Digamos que Miguel Aranguren es un buen fotógrafo de la imaginación, de lo que puede ser. Y un buen prestidigitador del lenguaje, porque recupera palabras y expresiones que enriquecen nuestro idioma. ¿Pero todo es perfecto, entonces? ¡Casi! Tengo que confesar que el capítulo donde describe la base en Siberia, en la URSS, me parecía sacado de una película de James Bond. Parecía "Goldeneye". Y me quedé un poco patidifusa, no me parecía el estilo de Aranguren, hasta que vi que era como un guiño, porque es ese personaje que al principio parece plano, sacado de cualquier película o novela de esa época, el que va cogiendo consistencia y dinamismo, y se vuelve aterrador. Animales que hablan, el Árbol de la Vida... Si no fuera porque es una novela, diría que casi me lo he creído>>. Marta (Madrid)

          4.<<Felicidades por tu libro. Me ha acompañado en la etapa final de mi embarazo y en el tiempo de espera en el hospital hasta que hoy nos han dado el alta a Lucía (que ha pesado 3,820 kg y ha medido 51 cm) y a mí. “El arca de la isla” me parece ameno, entretenido, muy adaptado al perfil literario que los jóvenes reclaman en la actualidad y con valores, algo que tanto necesitamos en nuestra vida diaria. En resumen, totalmente recomendable como regalo para nuestros adolescentes>>. Trinidad Juárez (Madrid)

          5.<<Ayer acabé de leer el libro “El arca de la isla”. Te tengo que decir una cosa: no me ha gustado… ¡¡que se acabe!! La verdad es que me lo he leído en tres días, pues no era capaz de dejarlo un momento. Se lo recomiendo a todos mis amigos, pues hace tiempo que no leía una novela tan bien narrada, con el léxico enriquecedor y que te lleva a pasar y pasar páginas, pues no puedes dejar ante la necesidad de saber qué pasará en el capítulo siguiente. Lo más importante es que me ha hecho olvidarme por un rato de los problemas y viajar a unos sitios maravillosos, con unos personajes increíbles y llenos de viviencias. Me ha encantado. Un 10>>. Alejandro Urteaga (Murcia).

          6.<<”El arca de la isla” me ha divertido muchísimo. Me ha enganchado desde el principio y lo he seguido con enorme interés. Cuando empiezas a leer, te desconcierta pues cuesta trabajo ponerte en la situación de que existan animales que hablen, discurran y, sobre todo, que tengan tan mala uva que casi alcanzan la categoría de humanos. Cierto es que desde Salomón, que hablaba con los peces, las aves y las fieras, convivimos con una larga tradición de animales parlantes que han tenido portavoces tan ilustres como Fedro, Esopo, el Infante Don Juan Manuel, Lope de Vega, La Fontaine, Iriarte o Samaniego, que desde nuestra más tierna infancia nos han acostumbrado a considerar la parla animal como algo natural. Una vez aceptado este insólito hecho, lo demás discurre sin dificultad hasta que te encuentras con el segundo gran escollo: el Árbol de la Vida. Así, la lectura de este libro se convierte en una especie del juego de la oca: cuando has superado un montón de obstáculos caes en el laberinto, el pozo y la cárcel. Menos mal que te libras de caer en la temida muerte y llegas a un final que se agradece. Julio Verne no lo hubiera hecho mejor. En resumen, me ha encantado y lo voy a recomendar a mis amigos>>. Joaquín de Cárdenas (Madrid)

          7.<<He terminado de leer “El arca de la isla” y me gustaría conversar "en voz alta" sobre lo que me ha parecido. Es todo un lujo, porque en poquísimas ocasiones el lector tiene la oportunidad de convertirse en "emisor". Destaco, en primer lugar, el léxico. ¡Cómo me gustan esos párrafos enumerativos! Si no ralentizara la lectura, habría cogido el diccionario y habría buscado infinidad de términos desconocidos para mí -plantas, animales, productos químicos...-. Así enlazo con el segundo punto que quiero destacar: el conocimiento que Miguel Aranguren tiene de África. No solo conocimiento; yo diría "amor" por ese continente. Y ahora lo que tendría que consultar es un atlas (no descarto hacerlo en una segunda lectura más reposada), se ha despertado en mí el deseo de saber más, de leer más, de conocerlo mejor (…) La estructura de puzle no me resulta complicada, aunque me imagino que a algunos lectores sí les costará. En algún capítulo del final, cuando se van aproximando los diferentes caminos, puede exigir una mayor atención lectora.Para mí, una novela es buena cuando despierta en el lector deseos de saber más, y “El arca de la isla”, sin duda, lo es. Y más cuando despierta sentimientos de admiración, empatía…>>. Ángela Nieto, profesora de Instituto, de Lengua y Literatura (Huéscar, Granada)

          8.<<Raros son los lectores que no se han iniciado en los libros "de verdad" con historias de aventuras. En mi caso, al menos, fue así. Recuerdo bien la sensación que me producían, páginas tras página, Verne, Salgari y compañía con sus narraciones de náufragos, viajes improbables y hazañas en la selva. Con “El arca de la isla” he redescubierto aquella sensación lejana que te obligaba a pasar las hojas y casi a morderte las uñas deseando un final feliz para las aventuras del protagonista. Eso sí, esta novela no es "arqueología literaria", sino pura actualidad: clonación, experimentos genéticos, líneas de ADN, etc. También hay animales, muchos animales, a los que se acaba cogiendo cariño. Y viajes envidiables, desde Siberia hasta África sin moverte de tu mesilla de noche. “El arca de la isla” tiene varios niveles de lectura: la disfrutará igual un muchacho ávido de aventuras que un adulto capaz de saborear el mensaje profundo (que lo tiene) del libro. En estos tiempos en los que triunfan los vampiros postmodernos, personajes tan humanos como Mario te devuelven la fe en los libros... y en los libros de aventuras. Lo recomiendo>>. Mario (León).

          9.<<Tal como decía Francisco Umbral, el valor de un autor se mide por la capacidad que tiene para que cada una de sus obras se adentre por sendas narrativas nuevas. Cuando un amigo me regaló La hija del ministro, me enganchó su detallada trama histórica; después me enterneció la humanidad de los personajes de Aquel verano; y ahora me ha sorprendido la complejidad narrativa de El arca de la isla. En esta novela aparecen varias historias de modo paralelo, las cuales suceden en diferentes continentes y en momentos históricos distintos. El riesgo de escoger un marco narrativo tan amplio está en que no encajen bien las historias, mas no es el caso. El arca de la isla es una aventura trepidante, perfectamente ensamblada, en la que el lector asiste al desmoronamiento de la URSS, a los peligros que viven los cazadores en África y a la resolución de un misterioso crimen; y todo ello acaba confluyendo en una búsqueda sobre la condición humana. Hasta donde he leído, “El arca de la isla” es el texto narrativamente más ambicioso de Miguel Aranguren y representa un cambio de estilo con respecto a anteriores obras>>. Santiago Sevilla (Madrid)

          10.<<Además de una lectura amena, entretenida y sorprendente (cuesta dejar un capítulo en suspenso sin adentrarse en el siguiente), que son valores que se le suponen a Miguel en todas sus novelas, en “El arca de la isla” yo destacaría especialmente dos: uno, el profundo y sincero amor que profesa al continente africano y que nos traslada -nos contagia- con maestría; se ve en los paisajes, en las gentes, en las costumbres, hasta en la luz... Y dos, el gran conocimiento que Miguel tiene del alma humana. No sólo en los conflictos internos de los personajes, que los hace crecer y evolucionar; también en los conflictos internos de la sociedad: esa dualidad entre ciencia y religión, en eterna -e innecesaria- lucha, que aquí resuelve Miguel con su proverbial sentido de la moral cristiana y un apabullante sentido común.