Desde un tren africano
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Editorial: Palabra
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Año: 2009
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Número de páginas: 160
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Edición: 4ª edición Colección Astor
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ISBN: 978-84-8239-945
Bibliotráiler
Ver ilustraciones de edición histórica agotada de “Desde un tren africano”
"Al ordenar los armarios del cuarto, esparcí sobre la mesa los papeles amontonados en un cajón. Entre ellos apareció un cuaderno de tapas azules; uno de los muchos que había utilizado en mi etapa de estudiante. Este cuaderno poseía una peculiaridad: en la cubierta señalaba: DIARIO DE KENYA. Lo redacté durante mi primer verano en Africa". Miguel Aranguren publicó su primera novela con diecinueve años, toda una aventura editorial que se saldó con la venta de todos los ejemplares por lugares tan singulares como Madrid, Buenos Aires o México D.F. Todavía sin pretensiones literarias, el autor aprovechó los diarios de sus viajes a Kenya (país en el que había pasado los veranos de 1987, 1988 y 1989) para componer una novela autobiográfica en la que se entremezclan aventuras en la naturaleza incomparable de la sabana africana junto con los descubrimientos de un adolescente inquieto por la verdad. Africa se convierte, de esta manera, en un marco incomparable donde el autor se enfrenta a la vida y a la muerte (la de Santiago Eguidazu, un buen amigo), a la belleza del paisaje africano y al misterio de Dios. La novela nos lleva, con distintas peripecias, a Nairobi, Strathmore College (el primer colegio del Africa negra que no excluyó a los alumnos por motivos de raza o credo), a la miserable barriada de Huruma, al mercado de frutas, al desierto de Amboseli, al tren que cruza la sabana y a Mombasa.
Reseñas
"África es un continente cada día más cerca de la materia literaria, solapada hasta ahora en relatos de misioneros o de cazadores. Miguel Aranguren avanza a sus diecinueve años como un novelista de interés con esta novela-reportaje en la que Kenya pone el fulgor africano, y el autor, además de un estilo abierto y directo, un poco de biografía (...) Algo bíblico y algo bélico flota en el ambiente, como en un cuadro, en el que no faltan las emociones" (ABC, 1 de diciembre 1990).
"De una manera fresca, nueva, se dirige el joven Aranguren a sus lectores. Una curiosidad". (El Mundo, 16 de septiembre de 1999).
"Los viajes han vuelto con una fuerza insospechada. Y, con ellos, la literatura de viaje. Desde un tren africano es un libro notable por muchas razones. En primer lugar no puede dejar de llamar la atención que el autor tenga 19 años. A esa edad, sólo la gente muy precoz consigue abrirse camino, con algo verosímil, en el mundo, más difícil de lo que se piensa, de la literatura. Miguel Aranguren sale airoso de la aventura (...) En unos tiempos en los que abunda la narrativa hecha por puro afán, se agradece esta inmediatez" (Expansión, 13 de octubre de 1999).
"La lectura es tan deliciosa que no me resisto a reproducir un fragmento: "Africa es un trozo de mundo, Kenya es una esquina del cuerno de Africa, Mombasa es un pedazo de costa y Kanamay no se puede distinguir de las otras playas. Y allí estaba yo, paseando mis dieciocho años.
Me sentía como una larva de hormiga dentro de esos termiteros colosales que nos habíamos encontrado en la carretera de Amboseli. Qué vergüenza mirar al cielo, El tan grande y yo tan miserable, tan colmado de caprichos". Contemplando la vida Desde un tren africano el mundo cambia de color, y hasta la muerte. Los amaneceres en Kenya, el ocaso de las tierras santas de los masai y las bellas estampas de las manadas de ñus, son meras anécdotas de un relato apasionante, real e imaginario al mismo tiempo, escrito desde la juventud" (Trenes hoy, J.M. Sánchez Vigil. Noviembre 1990).
"El autor ha escrito una novela llena de interés, de belleza y de idealismo, partiendo de la realidad concreta que ha vivido en Africa. La novela impacta por la cantidad de episodios que narra, por su verosimilitud y por la valentía a la hora de exponer anécdotas que a los europeos nos cuesta entender. El final es una delicia: no se espera" (Retamach, noviembre 1990).
"Con estilo sencillo, cargado de emociones y vivencias personales que muchas veces transmiten poesía, Miguel Aranguren acierta a reflejar el ambiente africano, las costumbres y la mentalidad de sus habitantes, a los que comprende y, en ocasiones, admira (...) La obra consigue transmitir los sentimientos del autor en lo que es un libro de juventud escrito con espontaneidad y frescura" (Mundo Cristiano, diciembre 1990)